Acaso sea la felicidad
este débil trazo de luz
tras las horas de lectura,
las palabras,
Dylan Thomas esta tarde,
Jacobsen, mientras Niels se hace adolescente,
la brisa del ventilador,
mi desnudez descansada tras el encuentro
hacia lo inaprensible del yo-tú,
la inquietud de las hojas temblonas de los álamos
danzando como sombras chinescas
al final de la tarde,
mis libros,
luz sobre el mundo y sus dramas,
una pasión,
la nostalgia que alude a una historia de amor
todavía candente.

Ese trazo de luz,
palabras que obligan a cerrar los ojos
porque a través de sus formas
tocamos un pedazo de infinito.