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Grito irredento


Grito irredento,
teclado, cincel, cuchillo, pincel;
entre los brazos la idea hermética
que avanza hacia nosotros prometiendo
la verdad que nos hará libres,
aliento burilado en el corazón de la Piedra Negra,
la idea esencial moviendo el mundo
y las aguas torrenciales
hacia el único destino,
el mar.

Y a mano alzada
dibujar sobre el cielo blanco
bocetos de verdad
caballos alados
príncipes y princesas,
Sheherazade a la noche
demorando el definitivo instante.

Y mientras tanto
la mar de brazos profundos y vigorosos
el océano prometeico,
uno con el viento,
rompiendo en las noches de luna
contra los acantilados,
hendido en su vientre rumoroso
el filo de las palabras
hasta hacer sangrar las rocas
de blanca espuma
entre los dientes de un verso.

Y beber la sangre oscura
que mana de los costados de la tierra
mientras sus gritos de dolor y gozo
truenan irreprimibles en las palabras
descargando su eco metálico
contra la agreste soledad del mar.