Beatriz
Y habitar el oscuro rincón de tus muslos
La
pura caricia de mis dedos
allá
donde el universo
se
quiebra en oscuridad y silencio.
Tu
cuerpo hecho de miel
y
dunas doradas
entre
las sábanas de la noche, anhelo,
mujer
del camino donde los besos
como
trinos de pájaros cantan al alba.
Mujer,
encaje de olas subiendo a besar
barullo
de pájaros
al
amanecer cuando despierto,
hoy
que recuerdo
esos
oscuros mechones
guedejas
sobre el ópalo de fuego de tus ojos,
chiribitas
y cabriolas,
mientras
tus palabras juegan a la comba
yo
te miro, bella animala,
hembras
que recorréis el mundo
llenando
la mochila de versos
y
trinos de alondra
flores
para el final de un invierno,
tu
recuerdo.
Peregrino
al que el campo
el
sol o el viento alentan,
revuelo
de hojas,
regazo
de mujer
música
tu silencio
alma
errante que caminas lejos
recolectando
canciones
y
aromas de hinojo y limoneros.
Mis
piernas me alejan de ti
en
esta mañana de sol de invierno,
caricia
el recuerdo de tus palabras
liviana
ternura recogida
en
el cuenco de mis manos yo bebo
paisana
de los caminos amiga,
ciao!
¡Nos vemos!
Marinero
yo de agua dulce,
viajero
al corazón de las tinieblas un día,
hoy
a la luz de una fría mañana de sol
donde
la brisa susurra
cantos
de sirenas.