Bali, en la playa


Y a Dios gracias todo quedó lejos
paz recobrada
en la tranquila suerte con que 
se aglutinan las nubes de verano
poco antes de la lluvia, 
aromática tierra mojada
a la vera del camino
donde los perros no muerden
ni supuran las heridas del pasado
susurro de voces
junto al siseo monótono del ventilador
a cuestas con la parca reiteración de sus aspas 
hablando de ese otro mundo
donde la paz es posible
junto a la brevedad del todo.

Cae la tarde
el sol juega con los rizos del agua
el cielo se tinta de malva
bañando su cuerpo
en la calma del mar
donde el rescoldo último se amansa
sobre la plata dorada de las olas apacibles,
donde el aire es suave como una caricia
y la llamada a la oración del muecín
se mezcla con las voces de los niños
que juegan en la playa.


Lovina, Balí, 13 de enero de 2016